Rodríguez de Mendoza, un valle escondido, cálido, al este de Amazonas. Conocido por la producción de café y azúcar, y por su peculiar gente. La historia nos dice que la mayoría de las poblaciones nativas que habitaban este valle perecieron por las enfermedades que llegaron probablemente de europa, nuevas para ellos. Quedando solo algunos pocos aborígenes, estas tierras fueron habitadas inicialmente por curas y luego por población española no eclesiástica que encontrando un suelo fértil, se fue expandiendo en diversos pueblos que se dedicaron a la agricultura y pequeña industria.
La difícil accesibilidad a estos lugares y las enfermedades endémicas hicieron que el nuevo poblamiento sea escaso y su historia casi desconocida; pero la bondad de la tierra hizo que fuera prolífico.
Debido a su aislamiento, la población española se mantuvo casi íntegra, con un grado menor de mestizaje en relación a las demás provincias de Amazonas debido a la poca población indígena que quedaba, pero también aislada genéticamente del resto de la población de origen hispano.
A lo largo de los años esta gente fue aumentando relativamente su población y en casos migrando hacia Chachapoyas en busca de mejores oportunidades educativas, comerciales, etc. Este contacto con la capital de la región, centro de las relaciones comerciales con las demás provincias, hizo que el poblador de Rodriguez de Mendoza, llamado "huayacho", sea conocido y peculiarizado por los chachapoyanos.
La difícil accesibilidad a estos lugares y las enfermedades endémicas hicieron que el nuevo poblamiento sea escaso y su historia casi desconocida; pero la bondad de la tierra hizo que fuera prolífico.
Debido a su aislamiento, la población española se mantuvo casi íntegra, con un grado menor de mestizaje en relación a las demás provincias de Amazonas debido a la poca población indígena que quedaba, pero también aislada genéticamente del resto de la población de origen hispano.
A lo largo de los años esta gente fue aumentando relativamente su población y en casos migrando hacia Chachapoyas en busca de mejores oportunidades educativas, comerciales, etc. Este contacto con la capital de la región, centro de las relaciones comerciales con las demás provincias, hizo que el poblador de Rodriguez de Mendoza, llamado "huayacho", sea conocido y peculiarizado por los chachapoyanos.
El huayacho destaca más que todo por su aspecto: piel blanca, ojos y cabello claros. La referencia a las mujeres como bellas es casi generalizada debido al grado de sangre europea que tienen y al estereotipo de belleza occidental que existe.
Durante la visita de Raimondi a Amazonas, la impresión de él a este sitio fue el de un lugar con gente casi completamente escolarizada a pesar de sus limitaciones en cuanto a materiales como cuadernos. Los niños usaban hojas de plátano para escribir en ellas.
A pesar de los avances en tecnología, la provincia de Rodriguez de Mendoza se ha mantenido pobre debido al aislamiento geográfico y la centralización política. Actualmente las principales actividades económicas de la provincia es la agricultura(actividad que atrajo a campesinos de Cajamarca) , el tráfico de amapola y últimente se está queriendo impulsar el turismo interno, promicionando los paisajes y la belleza de sus mujeres como gancho. Manera equivocada de promocionar un sitio usando a la mujer como objeto sexual. Este gancho que parece que no durará mucho tiempo ya que con la llegada de gente de Cajamarca principalmente y de otras zonas, el porcentaje de gente de aspecto blanco, el típico huayacho, está desapareciendo. Este suicidio huayacho se acelera con la mezcla de gente no solo de distinta genética, sino también de distinta cultura, llevando a la muerte no solo del fenotipo y genotipo blanco sino también de las tradiciones, del legado. Lo que conlleva a la pérdida de la identidad y es precisamente la identidad de un pueblo lo que atrae más turistas. Por lo tanto la incitación al mestizaje (tal vez inconcientemente queriendo destacar la belleza de la raza blanca, asumida así por los promotores y el público) que va dirigida a un público nacional de componentes indígenas es contraproducente de manera poblacional, cultural y comercial.
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